miércoles, 23 de febrero de 2011

Esto ya está ahí.

La mudanza ya ha empezado.  Ahora mismo tengo la casa patas p'arriba (más de lo habitual), llena de cajas y quedándose desnuda antes de tiempo.  Antes de tiempo porque ayer hablé con el dueño y no me da ni un día de plazo, el Domingo al mediodía, la que hasta ahora ha sido mi casa, tiene que estar vacía.
Mi nueva habitación ya está pintada y ya lo tengo todo planificado para colocar toda una casa entera en tan solo dos habitaciones.
Por un lado estoy ilusionada, porque sé que cuando tenga trabajo no tendré el gasto del alquiler, que la verdad es que me ahogaba bastante, y por las ventajas que supone vivir con los padres.  Como viven en el campo, normalmente en Marzo empiezo a tomar el sol y en Abril ya estoy conguito, en Junio estoy harta ya de tanta playa, y en Julio estoy deseando que vuelva Diciembre.  Por lo normal, me harán la comida y la cena, y me ayudaran con los críos, así que se supone que tendré más tiempo libre... que no podré utilizar en nada, porque allí poco se puede hacer.  Estaré más con mi familia, que esto es algo que amo y odio a partes iguales. 
Por otro lado, en esta casa se quedan muchas ilusiones... y algunos sueños sin cumplir.
No hemos terminado de ver todas las películas que queríamos ver juntos.  No dormiremos juntos más.  No pasaremos otro verano entre la piscina y la terraza.  Los "arropamientos" volverán a ser de mi padre.  Se acabó el desayunar sandwich y dos tazas de café. Se acabó el levantarme a la hora que me venga en gana.  Casi seguro que no podré conectarme a Internet a diario, más que nada, porque en casa de mis padres no hay conexión.  Mi televisión de pago también va a desaparecer, así que me conformaré con ver la Sexta y Antena 3 solamente. 
En fin, que esto es inminente.  Que me voy.  Que empiezo de cero, a los 31 y otra vez, en el hogar materno.

domingo, 20 de febrero de 2011

Cosas que sí me gustan (y además, mucho).

El caso es que cuando yo era pequeña, cuando me acostaba en la cama, no sé como lo hacía pero sacaba todas las sábanas del sitio, y era muy incómodo dormir así.  Mi padre (que no sé si ya lo he dicho alguna vez, pero me adora) venía todas las noches y me preguntaba "¿quieres que te arrope?".  Evidentemente, mi respuesta era afirmativa, y fíjate, que dormía la mar de a gusto a partir de ahí.  Esto se repitió durante muchas noches. 
Cuando me hice un poco más mayor, y ya mi padre no venía a la cama a arroparme, empecé a pedírselo a mis hermanos.  Mi hermano mayor pasaba bastante de arroparme, pero mi hermana la pequeña lo hacía cada noche.  La pobre se esperaba a que yo me acostara y me arropaba como podía, por que el colchón con las mantas pesaban más que ella.
Ahora, y a mi edad, os preguntaréis si puedo dormir sin que me arropen.  La respuesta es que sí.  Pero no es lo mismo.  A mí me gusta (me gusta mucho) que me arropen, es más necesito que me arropen.  Que me arropen en el sofá, que me arropen en la cama, y que me arropen cada vez que me acuesto, así que eso es... me gusta que me arropen!!!

jueves, 17 de febrero de 2011

Por una vez...

Nunca me oirás decir que te quiero.
Ni me verás darte un abrazo, ni pedírtelo si quiera.
Tampoco te daré un beso que no sea obligado.
No estoy de acuerdo con la mayoría de tus opiniones, y me siento orgullosa por eso.
No me gusta la forma en la que hablas cuando hay gente que no te conoce delante.
Sin embargo, y sin que sirva de precedente, hoy te voy a decir algo:
Gracias.
Por darme tanto.
Por esas dos personas con las que compartí mi vida.
Por hacerme reír, o llorar.
Por tu comprensión.
Por darme la mano, y dejar que me coja el brazo.
Por cómo tratas a tus cinco.
Por hacerme tener tantas bonitas costumbres, ahora.
Por dejarme participar en tus hobbies.
Por ahora, volver a dármelo todo.

Gracias, mamá.




lunes, 14 de febrero de 2011

Mi primer amor.

No era el más guapo, ni el más alto, ni el más bueno, aunque se acercaba a ser el más simpático y el mas gracioso.
Quiso el destino que desde aquel primer día, siempre nos sentáramos juntos, y, como siempre pasa, el roce hace el cariño.
Él me hacía las bromas típicas, yo le reía las gracias.
Hacía listas con las más guapas y yo siempre estaba la primera.
Y listas de las más listas, y de las más simpáticas... y la número uno siempre era yo.
Hablábamos de nuestros programas de televisión favoritos, de música y de amigos.
Algunas tardes nos atrevimos a quedar, diciendo a nuestros padres que salíamos con un montón de amigos, para que no se enteraran de lo que pasaba entre nosotros... y todo fue bien.
Un día me escribió una carta, fue tan breve que aún recuerdo lo que ponía: "¿Quieres ser mi novia?"
A mí no me hizo falta mandarle ninguna carta, como impulsiva que era, le dije que SI en el momento en que lo ví.
Esa misma tarde, que era Viernes, estuvimos cogidos de la mano todo el tiempo, y hablamos de que, el próximo Lunes nos daríamos nuestro primer beso.
El Sábado le conté a mi madre que tenía novio, y ella me preguntó su nombre.  Cuando lo escuchó se puso a reír, y me dijo: "él no puede ser tu novio, porque es tu primo lejano".
Me fui a mi habitación a llorar... y ese siguiente Lunes terminó nuestra relación.

Y es que a los 10 años... todo se vive de distinta forma.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Tía o novia del tío?

A una amiga se le plantea un problema.  Resulta que su reciente novio (no estarán saliendo más de 8 o 9 meses) va a ser tío en verano.  Ella siente que ese sobrino es suyo también.  Pero él no lo tiene tan claro. Dice que es demasiado pronto para ser tía del niño,  que llevan poco tiempo saliendo (cuando nazca el bebé llevarán aproximadamente un año) y que no están integrados todavía uno en la familia del otro.
El dilema entonces es... cuando mi amiga coja al bebé en brazos que le dice "Ven conmigo", "ven con la tía" o qué?
Y ¿cuando el bebé se vaya haciendo mayor qué será mi amiga para él... la tía, o simplemente la llamará por su nombre?
¿Que pensáis?

Mi amiga y su novio acataran lo que digaís uno/a de vosotros/as... ¿quién será?

martes, 8 de febrero de 2011

Contra el viento del Norte.

Este es el famoso libro.  A los que habéis tenido alguna aventura, romance, ligoteo, o a los que hayáis encontrado en amor a través de Internet, os va a encantar.
El libro es cortito... yo me lo leí en una tarde.
La cosa está en que una chica le escribe por error un mail a un chico, y él como es educado le responde... la cosa se va animando... y en fin, no os cuento más, quien quiera saber más que vaya a la librería o a la biblioteca.
Dentro de poco me leeré la segunda parte, que aunque me han dicho que no es tan buena, no está mal.
Yo hasta me emocioné leyéndolo. Me sentí totalmente identificada con la protagonista, y quizá por eso no puede dejar de leerlo hasta el final.
Precioso es todo lo que se dicen entre lineas, lo que ella le dice a él a pesar de la frialdad con que él le suele contestar, lo que se adivina que él siente aunque no lo diga, lo que ella es capaz de hacer para tenerlo cerca, los errores que ambos cometen.
En serio, a mí se me ponían, a  veces, los pelos de punta imaginando ( y reviviendo) la situación.
En definitiva... un libro que recomiendo!!

lunes, 7 de febrero de 2011

¿Emocionable?

Me he dado cuenta de algo, que hasta hace unos seis meses no sabía.  Soy fácilmente "emocionable" (si es que existe esta palabra).  Me emociono con muy poco.  
El otro día, hablando por teléfono con mi hijo de repente me pregunta: "mamá, ¿cómo estás?"... casi me desmayo.
Ayer, mi madre me vio tan mala cara que me hizo un bocadillo sin que se lo pidiera, y me dijo: "Anda, vete a casa y acuéstate que yo me quedo esta noche con los nenes".
Antes de ayer, una anciana (muy, muy anciana) con una voz preciosa, me dijo "rebonica" solo porque le hablé de usted.
Mi sobrino de 6 meses, ya balbucea, pero se adivina como dice el nombre de mi hijo mayor constantemente.
El anuncio de Coca-cola... y el de Disneyland.
Que me llame mi cuñado pidiéndome que saque a mi hermana de casa, y que me la lleve de fiesta, porque la ve decaída.
Ver que mi madre y mi padre sonríen, a pesar de todo.
Y podría continuar con una larguísima lista.  
Y cuando digo que me emociono, no quiero decir que se me pone un nudo en la garganta, no, quiero decir que la barbilla me tiembla y que los ojos se me inundan de lágrimas, y que a duras penas consigo tragármelas y que nadie las vea...
¿También os pasa a  vosotros/as, o soy la única tan sensiblona?

viernes, 4 de febrero de 2011

Cosas que odio (2)

El ratito de fumar.  
Los famosos 5 minutos.  
No entiendo por qué algunas empresas permiten que la gente fumadora pueda ausentarse de su trabajo esos 5 minutos (que siempre acaban siendo 10), y sin embargo no está bien visto que un trabajador que no es fumador, se siente (por decir algo, que lo mismo me da que se quede sentado que que se vaya a correr, vamos).
Bueno, pues eso, seguro que todos entendéis lo que digo.  Ahora hay un corrillo de gente fumándose un cigarro en la calle, a la que su jefe le ha dado permiso para ello, y nadie dice nada... pero ¿que pasa si veis a alguien sentado en una silla leyendo una revista, por ejemplo, y se toma para ello el mismo tiempo que se toman los otros pal cigarrito?  Que ya lo dije una vez... que te dan ganas de hacerte fumadora solo para decir "que yo también quiero descansar, cojones!

martes, 1 de febrero de 2011

¿Qué te hace feliz?

¿Qué es lo que te hace feliz?  Me hago esta pregunta constantemente, porque me he dado cuenta de que a mí, me hacen ser feliz las cosas más tontas.  De verdad.
He llorado de felicidad solo porque alguien acaricie mi pelo.
No dejo de sonreír cuando tengo a mi sobrino de 5 meses al brazo, y no dejo de mirarlo.
El simple hecho de que mis hijos quieran dormir en mi cama.
O que me regalen una piedra.
Una sonrisa de alguien a quien ayer no conocías, y hoy es tu amiga.
Un beso de buenos días, o de buenas noches... o incluso de "estoy en el comedor".
Una llamada espontánea.
Una canción... o dos.
Un hombro sobre el que dormir.
El olor que te recuerda a alguien.
Saber que todos los que quieres están bien.
Ver una ecografía, y escuchar que ese bebé tendrá un nombre que me gusta.
Que me respondan "mucho" cuando pregunto "¿me quieres?".
El ver que mi pelo crece.
Y que gusto en las entrevistas.
Y podría seguir durante horas... pero, ahora dime ¿qué te hace feliz a ti?