La mudanza ya ha empezado. Ahora mismo tengo la casa patas p'arriba (más de lo habitual), llena de cajas y quedándose desnuda antes de tiempo. Antes de tiempo porque ayer hablé con el dueño y no me da ni un día de plazo, el Domingo al mediodía, la que hasta ahora ha sido mi casa, tiene que estar vacía.
Mi nueva habitación ya está pintada y ya lo tengo todo planificado para colocar toda una casa entera en tan solo dos habitaciones.
Por un lado estoy ilusionada, porque sé que cuando tenga trabajo no tendré el gasto del alquiler, que la verdad es que me ahogaba bastante, y por las ventajas que supone vivir con los padres. Como viven en el campo, normalmente en Marzo empiezo a tomar el sol y en Abril ya estoy conguito, en Junio estoy harta ya de tanta playa, y en Julio estoy deseando que vuelva Diciembre. Por lo normal, me harán la comida y la cena, y me ayudaran con los críos, así que se supone que tendré más tiempo libre... que no podré utilizar en nada, porque allí poco se puede hacer. Estaré más con mi familia, que esto es algo que amo y odio a partes iguales.
Por otro lado, en esta casa se quedan muchas ilusiones... y algunos sueños sin cumplir.
No hemos terminado de ver todas las películas que queríamos ver juntos. No dormiremos juntos más. No pasaremos otro verano entre la piscina y la terraza. Los "arropamientos" volverán a ser de mi padre. Se acabó el desayunar sandwich y dos tazas de café. Se acabó el levantarme a la hora que me venga en gana. Casi seguro que no podré conectarme a Internet a diario, más que nada, porque en casa de mis padres no hay conexión. Mi televisión de pago también va a desaparecer, así que me conformaré con ver la Sexta y Antena 3 solamente.
En fin, que esto es inminente. Que me voy. Que empiezo de cero, a los 31 y otra vez, en el hogar materno.